M. C. Escher es una de esas personas que nace en un siglo que no corresponde, pero se adapta a él de una forma cósmica e inigualable. Podemos observar su magistral trabajo en miles de fronteras virtuales y contemporáneas que da gusto pensar a veces lo inexplicable de ello. Por ejemplo, podemos ver como la habitación de 'Donnie Darko' es psicodélicamente adornada por este famosísimo cuadro...
Mi obra nada tiene que ver con los hombres, tampoco con la psicología. La realidad me es ajena; mi obra nada tiene que ver con ella. Sé muy bien que está mal decir esto. Sé que uno está obligado a poner su grano de arena para que las cosas marchen por buen camino. Pero la humanidad no me interesa. Tengo en torno mío un gran jardín para mantenerme a reguardo de toda esa gente. Pero esta misma gente penetra en mis pensamientos y me pregunta: '¿Qué significa ese gran jardín?' Desde luego tienen razón, pero el caso es que no puedo trabajar tan pronto como me doy cuenta de que están ahí. Soy una persona tímida, y me resulta dificil tratar con desconocidos. Nunca encontré placer en salir por ahí... necesito estar solo con mi trabajo. No soporto que alguien pase por delante de mi ventana. Huyo de los ruidos y el ajetreo. Soy incapaz de hacer un retrato. Un tipo que posa delante de mí - ¡Qué cosa más molesta!Un genio que entiende a la gente que se queda sola por que nadie la entiende...
¿Porqué hay que topar siempre con la mísera realidad? ¿No se puede jugar? A veces me pregunto: ¿Está permitido lo que hago? ¿Es suficientemente serio mi trabajo? Mientras dibujas pasan por televisión esa abominable guerra de Vietnam...
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